En noviembre del 2012 comenzó la lucha de los
trabajadores de empresas de Fastfood para alcanzar el pago por hora de 15
dólares –contra el mínimo actual (en EE.UU.) de 7,58-.
La política globalizadora de las grandes marcas llevó a
lograr sorprendentes cifras de ganancias pero que a su vez no se vieron
reflejadas en los bolsillos de los empleados, y es ahí cuando esa expansión
mundial tuvo su tiro por la culata. El jueves 15 de mayo miles de personas a lo
largo del mundo salieron a las calles a protestar por su bajo sueldo.
“He hecho tanto por (...) pero no me alcanza para pagar
la renta” se lamentaba un empleado que tras 10 años de servicios gana $10 la
hora.
Viralización
Cinco continentes: 126 millones de trabajadores en 26 países se organizaron en este evento que ¿paradójicamente?, no tuvo el eco que se merece en los medios.
Las redes sociales tuvieron un papel primordial siendo la
plataforma principal de comunicación entre los trabajadores y los users de
Internet: en Twitter #FastFoodGlobal, #FastFoodAction y #FastFoodStrike como
los principales y otros cientos que hicieron eco localmente.
Por su parte, los empleadores
explican que esos puestos son para personas que desean trabajar durante un
corto período de tiempo, y que no buscan que sean solventes como un empleo de
carrera.
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